sábado, 26 de febrero de 2011

MICHAEL LÖWY Y EL CHE GUEVARA


Por Francisco Sagal.

El filósofo, historiador, sociólogo, militante de izquierda franco-brasileño Michael Löwy nos ha legado una obra muy basta sobre filosofía marxista, dialéctica y revolución, ensayos sobre sociología e historia, análisis sobre política latinoamericana, etc. En particular ha escrito sobre el Che Guevara y su experiencia en Cuba y Latinoamérica, de lo cual en seguida expondremos algunos planteamientos políticos, los cuales pueden sintetizarse así: el imperialismo y sus socios aliados, se han constituido en el principal enemigo de la revolución latinoamericana. Esta contradicción ha pasado a ser la dominante en la sociedad contemporánea, determina el proceso de transformación en la disposición de las fuerzas productivas sociales. Los sectores oprimidos por el imperialismo constituyen un frente único que incluye al proletariado, los campesinos pobres, la pequeña burguesía urbana -la burguesía y latifundistas que están en contradicción con el imperialismo y los capitalistas que son rivales a los monopolios norteamericanos. El proletariado y su dirigencia revolucionaria encabezan a la mayoría oprimida hacia la resolución de las tareas democráticas sociales que la burguesía nativa se ve incapacitada de llevarlas a cabo, como la reforma agraria, la nacionalización de los trusts extranjeros, una política exterior independiente y sobretodo la legalización de las fuerzas revolucionarias. El Che Guevara en Cuba llegó a la conclusión de que la burguesía en el fondo es aliada de los grandes hacendados, de una parte y sobre todo, del imperialismo norteamericano, su alianza o vinculo que es a la vez económico, social, político y militar, no siendo lo militar en modo alguno secundario. Es decir, plantea que puesto que no hay una burguesía revolucionaria, difícilmente podrá haber una revolución burguesa. Esto no significa que no haya lo que se llama las tareas democráticas a desarrollar, como la liberación nacional, la superación del subdesarrollo, el problema agrario, etc. Esto condujo finalmente a la revolución cubana a realizar las tareas democráticas combinadas con soluciones socialistas como la reforma agraria, la reforma urbana, las expropiaciones de los trusts extranjeros y la expropiación de la burguesía cubana. Para el Che la guerra revolucionaria en América Latina se ha hecho inevitable, él se plantea la problemática de la destrucción del aparato militar-policiaco del estado burgués, se pronuncia en contra de la toma pacífica del poder político, piensa que una victoria por medio de las elecciones está vedada por el inminente golpe militar de derechas, cuando el ejercito resulta en último término como el fiador del régimen capitalista. El che concibe la guerra como una continuación de la política revolucionaria por las armas. A su vez, muestra que los países de América Latina son países de predominancia agraria, que la mayoría de la población es campesina, por lo que la revolución comienza por ser una revolución agraria, una revolución que fluye del campo a la ciudad.

Para Löwy este último argumento es discutible, porque varios países de América Latina están urbanizados, a tal punto, que la mayoría de la población es urbana, en segundo lugar, el hecho de que un país tenga predominio agrario no implica que la revolución no sea en los comienzos una revolución urbana. Por otra parte, hay lo que el Che llama las condiciones subjetivas, la conciencia de la necesidad de un cambio revolucionario y la conciencia de la posibilidad de un cambio revolucionario. Plantea la necesidad de que la guerrilla sea un factor que pueda contribuir a crear las condiciones subjetivas de la revolución. Es decir, las fuerzas revolucionarias deben desempeñar una función catalizadora estableciendo lazos con el pueblo, con las masas campesinas en primer lugar. También él plantea que la guerrilla es una acción político-militar y no exclusivamente militar, es decir, que las acciones armadas deben ir acompañadas de todo un trabajo de agitación, de propaganda, a través de los hechos adoptar medidas revolucionarias, expropiar la tierra y dárselas a los campesinos en las regiones bajo su control. También plantea el papel de la clase obrera, de la huelga general. El Che dijo que la guerrilla no puede vencer sino llega a aliarse con el proletariado urbano y que es sobretodo importante en la última etapa de la guerra revolucionaria, cuando la guerrilla baja de las montañas a la llanura, en las regiones en que se encuentran las ciudades, las regiones urbanizadas. La huelga general insurreccional es un factor primordial de la guerra revolucionaria, ésta es un fenómeno de masas y que no puede ser iniciada desde la cima de una manera artificial, por lo que es preciso que los mismos trabajadores, en ejercicio de su iniciativa revolucionaria, decidan cuando y como declarar la huelga general y dar una organización adecuada a sus propósitos. Todos estos movimientos deben ser dirigidos por el partido revolucionario, insistiendo en que dicho partido no lo es en virtud de una denominación concedida como un titulo universitario, sino algo que deviene de la practica revolucionaria misma. El Che había comprendido que la guerrilla no solo es contra el enemigo inmediato, es decir, el estado burgués oligárquico militar de América Latina, sino también contra el enemigo principal, los EUA, el imperialismo, el ejercito norteamericano, es decir, el ejercito revolucionario debe vencer no solo al ejercito burgués local, sino que ha de estar dispuesto a llevar una guerra revolucionaria prolongada contra el ejercito norteamericano. En este sentido, considera la revolución en América Latina como formando parte de una estrategia mundial.

De esta manera se define quien es el sujeto histórico revolucionario, en donde el partido revolucionario encabezando los movimientos de la clase obrera, campesinado pobre, pequeña burguesía empobrecida, es decir, las multitudes opuestas a la dominancia y hegemonía del imperialismo, dirige un nuevo gobierno revolucionario, creando un nuevo Estado redistributivo con alta sustentabilidad y buscando siempre la liberación de los sectores oprimidos de la sociedad.

La manipulación de los procesos electorales y de los medios de comunicación en Latinoamérica, el diseño intencionado de la ingeniería electoral, el vaciamiento de los proyectos de cambio, la pobreza creciente, la corrupción de la elite política, la consecuente desvalorización de la actividad pública y la ineficacia del Estado que abandona al ciudadano a su suerte, son algunos argumentos que han precipitado esta crisis de representación. No es casual, en este sentido, la crisis de los partidos de derecha tradicionales, la opción militarista para resolver la situación de enfrentamientos con guerrillas, la crisis económica, los desplazamientos poblacionales por la guerra interna. En este contexto, mas de la mitad de la población vive en la pobreza y los partidos conservadores derechistas en el poder en países como México, Colombia y Perú, refuerzan la estrategia que mantienen a las fuerzas paramilitares como principal instrumento, lo que garantiza la continuidad de una vía militar y la exclusión de la vía política.

En la periferia Latinoamericana, las fuerzas revolucionarias tienen que luchar por rescatar la dimensión de las conquistas sociales arrancadas en centenas de años de lucha, buscando la consolidación de un Estado de bienestar que amplié las libertades democráticas y económicas en beneficio de las mayorías excluidas, buscando eliminar la enorme desigualdad social, eliminar la concentración de la riqueza en unas cuantas manos, eliminar la inequidad social y buscar una sociedad igualitaria con justicia.

Fuentes:

Löwy, Michael. Ni Calco Ni Copia: Che Guevara en busca de un nuevo socialismo.

Löwy, Michael. El humanismo revolucionario del Che. En http://www.archivochile.com.

viernes, 18 de febrero de 2011

LA URBANIZACIÓN PARA DAVID HARVEY.


Por Francisco Sagal.

Es importante dar a conocer los planteamientos de David Harvey sobre urbanismo, geografía y política, ingreso y justicia social, redistribución y ciudad, este es un primer acercamiento a sus ideas. Desde sus inicios las ciudades son iconos representativos de concentraciones urbanas, producto de un excedente en la riqueza social. La urbanización es producto histórico de la clase dominante que al extraer plusvalor lo tiene que reinvertir muchas veces en forma de valores colectivos como servicios públicos para la población, vivienda, educación, alimento, recreación, salud, trasporte, seguridad social, etc. Los excedentes son extraídos de la fuerza de trabajo, los capitalistas se apropian de éstos y necesitan reinvertirlos para reproducir su modo de producción específico.

La valorización del capital está gobernada por las condiciones productivas en que se encuentra la plusvalía y la situación de mercado en que se realiza. Las tasas de rentabilidad relativas entre sectores gobiernan los flujos de capital. Si la tasa de ganancia en un sector es más alta que en otros sectores, esto traerá capitales de las ramas con menores tasas hacia la rama en cuestión. Los precios competitivos entre los capitales llevan a que las fracciones más débiles desaparezcan y operen los procesos de concentración y centralización de capitales, que son característicos de todo desarrollo capitalista. A medida que se desarrollan y profundizan las relaciones capitalistas, la ley del valor rige más la economía. El capital hace cada vez más su entrada en regiones que anteriormente consideraba periféricas. Tendencias estructurales a largo plazo como la concentración de capital, la urbanización, la descomposición de economías campesinas y la proletarización se derivan de la ley del valor y su dialéctica.

La geografía es la ciencia que se encarga del estudio de la extensión en la superficie terrestre de los hechos físicos, biológicos, económicos, humanos, las causas que las originan y sus relaciones políticas mutuas. La biosfera está afectada por el brusco cambio climático global, es decir por el calentamiento de la tierra por el ozono, el metano, el bióxido de carbono etc., que el hombre en sociedad produce contaminando el medio ambiente desde hace más de 200 años y en forma reciente con las grandes concentraciones urbanas y el uso del motor de combustión interna.

Para el año 2025 con respecto al 2010, la población mundial -excepto CHINA- se habrá ampliado en más de 1100 millones, es decir, la población mundial aumentará en un 1% al año. De ello una vigésima parte corresponderá a los países desarrollados con alto ingreso per cápita y el 96% a los países subdesarrollados o periféricos. La emigración de los países subdesarrollados o periféricos se estima para el año 2010 en 216 millones de habitantes hacia los países altamente desarrollados o industrializados como EUA, Francia, Inglaterra, Alemania, etc. Los índices demográficos referidos a natalidad, mortalidad, morbilidad y fecundidad son más altos para los países subdesarrollados y más bajos para los países desarrollados. El alto crecimiento poblacional en los países desarrollados a partir de la revolución industrial originó, entre otros aspectos, la introducción de mejoras en la calidad de vida, servicios sanitarios y médicos. En los países industrializados el crecimiento se controló con mejores niveles de vida y educación, en cambio en los países subdesarrollados los bajos niveles de vida y educación trajeron un crecimiento acelerado de la emigración de la población.

Mientras los países desarrollados se industrializaron. Los países subdesarrollados han seguido siendo exportadores de materias primas como el petróleo, el gas, la electricidad y bienes agrícolas. En los países subdesarrollados se ha logrado reducir la mortalidad debido a las campañas de vacunación, aunque las mejoras son insuficientes dejando un nivel de vida bajo y de educación. La población no cuenta con servicios sociales suficientes y predominan las actividades no tecnificadas de bajo rendimiento, por lo que la población emigra a las ciudades.

El proceso urbano ha experimentado una transformación a gran escala. De hecho, el proceso urbano tiene la característica de que es global. Los booms inmobiliarios en EUA, Inglaterra, España y otros países han ayudado a propulsar la dinámica capitalista de producción del espacio. La urbanización de China durante los últimos treinta años ha tenido un carácter diferente, concentrándose en el desarrollo de su infraestructura. Su ritmo se intensificó hasta el punto de que China consume casi la mitad de la producción mundial de cemento desde el año 2000, más de cien ciudades chinas han rebasado el millón de habitantes y pequeños pueblos se han convertido en mega urbes de más de 6 millones de habitantes como Shezhen. Colosales proyectos de infraestructuras que incluyen presas y autopistas financiadas de nuevo mediante el endeudamiento. Las innovaciones financieras lanzadas durante la década de 1980 -titularizacion y señalización de las hipotecas locales para ser vendidas en todo el mundo y el establecimiento de nuevos vehículos para establecer obligaciones de deuda garantizadas-han desempeñado un papel fundamental, siendo sus principales beneficiarios la dispersión del riesgo y la posibilidad de crear nuevos fondos de ahorros de vivienda. Estas innovaciones financieras, también han reducido los tipos de interés globales, al tiempo que generan inmensas fortunas para intermediarios financieros que trabajan para esos magnates. Pero dispersar el riesgo no significa eliminarlo. Sin controles adecuados de evaluación del riesgo, esta ola de financiación se ha traducido ahora en la doble crisis de las hipotecas subprime y del valor de los activos inmobiliarios, que como vimos en las crisis de los años 2007-2008-2009 arrojo a la calle a millones de habitantes en los EUA, afectando principalmente a la población afroamericana y a las mujeres solteras con familias que cuidar.

Vivimos cada vez más en un mundo en que la “ética” neoliberal de un intenso individualismo posesivo y su correspondiente retirada de las formas de acción colectivas. Vivimos cada vez más en áreas urbanas divididas y proclives al conflicto. Durante las últimas cuatro décadas el giro neoliberal en el mundo ha restaurado el poder de clase en manos de las elites ricas, en México han aparecido más de 14 mil multimillonarios encabezados por Carlos Slim, quien es considerado el hombre más rico del planeta, al mismo tiempo que las rentas de los pobres se han estancado y disminuido, así como también se ha ampliado la edad de jubilación y los fondos de pensiones se han privatizado, de tal manera, que han sufrido pérdidas y robos escandalosos por parte de los bancos de origen extranjero, se pretende una reforma laboral derechista que atenta contra el artículo 123 constitucional en que posibilita a los empleadores a flexibilizar la jornada laboral –algo que ya ocurre en los hechos- al manejarla por horas, cuando por Constitución se debe manejar semanal.

En la ciudad de México las concentraciones urbanas están respondiendo al modo de producción capitalista, las políticas de los gobiernos neoliberales han tratado de resolver problemas urbanos a un plazo de diez años, los segundos pisos, los nuevos desarrollos inmobiliarios, las nuevas ciudades de la clase burguesa y de clase media elegantes y con alta seguridad, la remodelación del centro y de las principales avenidas, los nuevos viaductos, la ampliación del aeropuerto federal, son obras de relumbros que solo busca reinvertir la plusvalía para crear un turismo y una modernización urbana más acorde a los intereses de los capitalistas, también la nueva tarifa de impuestos prediales y su modernización siguiendo patrones internacionales, le ha permitido a la burguesía reconfigurar la ciudad para atender sus necesidades de acumulación. Las mayorías suburbanas sufren de servicios sociales deficientes, aglomeraciones, falta de servicios de transporte y cada vez más largas jornada para cruzar la ciudad y llegar al trabajo. La crisis de la ciudad capitalista cada vez muestra con mayor intensidad los límites materiales de la acumulación de capital con base en la urbanización salvaje, los que pagarán –y ya lo hacen- el precio serán los de abajo. Detener la urbanización, de acuerdo con Harvey, es imposible, pero transitar de un patrón urbanizador capitalista a uno poscapitalista es una utopía que aún puede ser realizada si comenzamos a tiempo.

Fuentes:

Delgado-Ramos, G. Carlo. Ordenamiento territorial, bioeconomia urbana y pobreza frente al cambio climático. UNAM.

Harvey, David (1979) "Urbanismo y Desigualdad Social". Edit. Siglo XXI.

Harvey, David (2007) "Las grietas de la ciudad capitalista: entrevista a David Harvey". http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=40306505

viernes, 4 de febrero de 2011

CRISIS DE LA CIUDAD DE MÉXICO Y SU ZONA METROPOLITANA.



Por Francisco Sagal.

La ciudad de México y su zona metropolitana es una de las más importantes megaurbes de América latina y del mundo –junto a Tokio y New York– cuenta hoy con más de 22 millones de habitantes. Le siguen Sao Paulo –20 millones–, Buenos Aires –13 millones–, Rio de Janeiro –12 millones–, Lima y Bogotá –8 millones cada una–.

En América Latina las megalópolis son iconos representativos de grandes ordenamientos territoriales, con patrones de expansión acelerados de arriba del 6%, 7% u 8%, y son ambientalmente y económicamente inviables en el largo plazo, al mismo tiempo que socialmente excluyentes. Tomando como ejemplo el caso de México, en donde el Sistema Urbano cubre 800 mil hectáreas o 0.4% del territorio nacional, sin embargo, la Ciudad de México concentra el 65% de la población y genera 4/5 partes del PIB –2008–. La Ciudad de México y su zona metropolitana cuenta con 4 millones de habitantes viviendo en áreas de alta marginación, la capa urbana de la ciudad ha aumentado en los últimos 60 años en el orden de una hectárea por día, con tal crecimiento la ciudad alcanzó en el 2006 un consumo energético de 545 peta joule, o el equivalente en combustibles, unos 306 mil barriles de gasolina (siendo un 43% de gasolina, 23.6% de gas natural, 19.2% en gas licuado y 14.2% en diesel). A lo anterior, se suma la trasferencia de agua de una distancia de hasta 130 kilómetros y la succión del agua del acuífero de la ciudad para satisfacer patrones de consumo que rondan en 63 metros cúbicos por segundo y que son sostenidos por una extensa red de 1100 kilómetros de tuberías primarias y 12 000 kilómetros de tuberías secundarias. La ciudad se encuentra a una altura de 2240 msnm y es necesario bombear el agua trasvasada –en el orden de 26.5% del consuno total de la ciudad– unos 1100 metros, lo que conlleva la quema de miles de barriles de petróleo diarios. Los ritmos de extracción de agua exceden el 140% de la capacidad de recarga del mismo acuífero.

Al mismo tiempo, la Ciudad de México genera aguas residuales en el orden de 43 metros cúbicos por segundo, de los cuales solo 4 metros cúbicos son tratados, es decir, solo el 10%, y el 90% es agua negra no tratada, éstas últimas son arrojadas directamente al medioambiente principalmente en la zona del mezquital en el Estado de Hidalgo. La ciudad desecha en forma diaria 12 500 toneladas de residuos sólidos –60% inorgánicos o el 13% a nivel nacional. A esto se suman 130 toneladas diarias, todas con destino al relleno sanitario en la zona poniente, cuya vida útil ya ha sido sobrepasada, agregándose 7 mil toneladas diarias de residuos de la construcción, de no hay control alguno por parte de la Secretaria del Medio Ambiente del Distrito Federal. El volumen que se recicla de la basura solo es entre el 5% o el 10% del total, es decir el 90% no se recicla. Los gases contaminantes en la zona derivan del sistema de trasporte con algo cerca de 5.5 millones de unidades –94% de tipo privado– contribuyó en el 2006 con 21.6 millones de toneladas o el 50% de emisiones contaminantes, el sector industrial compuesto por 52 mil industrias con el 23% de emisiones, y de generación de residuos sólidos el 14% o 6 millones de toneladas. Añádase 175 toneladas de contaminantes tóxicos para la zona, de los cuales el 28% fue tolueno, 9% metanol, 8% de tricloroetano, 7% de xilenos, añádase 2000 toneladas de metales pesados, siendo el manganeso el 66%, el antimonio y compuestos el 13% y el plomo y compuestos el 12%.

El 73% de la urbanización es de mayor marginación en la Ciudad de México y se encuentra en la periferia urbana. El resto esta distribuida en reductos internos de la Ciudad, mismo que tienden a ser recuperados a través de proyectos de modernización urbana para la clase media, el turismo y los negocios formales de todo tipo. El consumo de energía y flujos de materiales la ciudad depende de las presas del sureste mexicano y de El Infiernillo con una aportación mayor de 6000 MGH, lo cual es producido en su mayoría por maquinas con combustibles fósiles provenientes de las reservas mexicanas, los materiales de construcción provienen de zonas aledañas a la zona centro del país, el agua proviene en 70% del subsuelo, los alimentos vienen tanto de dentro como de fuera del país. Las políticas neoliberales implementadas en Latinoamérica y México son centrales para dar cuenta del boom de la emigración rural hacia las ciudades y países como los EUA. Por otro lado, los referentes a la promoción de la inversión extranjera directa en procesos de ensambles y maquila, por el otro, aquellos enfocados al campo y que resultaron en el virtual abandono del mismo, al inducir el retiro de subsidios de los precios de garantía, de los controles a la exportación y de las paraestatales que apoyaban la comercialización de productos agrícolas y ganaderos, y en general el repliegue del Estado en los mercados.

La política neoliberal en el sector de la vivienda ha desplegado una frenética actividad en el país. El Estado presta grandes fondos junto con los bancos internacionales como el Banco Mundial, a los capitalistas privados, a baja tasa de interés y con plazos grandes, para que construyan multitud de unidades habitacionales, unidades residenciales para la clase media alta, unidades de interés social creando un escenario insustentable a largo plazo. Para tal fin, el BM realizo evaluaciones y ejecutó programas desde el 2002 hasta el 2007 con el propósito de financiar 750 mil a un millón de viviendas al año, programa que se extiende hasta el 2012, contando con un financiamiento de mil millones de dólares. El sector privado sigue siendo el principal beneficiario de estos proyectos, puesto que recibe los fondos del BM y de su contraparte nacional pública. Así, se dio un proceso significativo de la participación de la iniciativa privada con alrededor del 23% de los créditos y el 42% de la inversión.

A nivel nacional se pasó de 24.7 millones de unidades habitacionales en el 2000 a 30.4 millones en el 2006. El gobierno proyecta que la necesidad habitacional en el 2030 será de 45 millones de viviendas, por lo que deberá ofrecer entre 700 mil y un millón de viviendas por año. Tal ofrecimiento involucra el negocio de las constructoras y también de las empresas o instituciones privadas de crédito. El principal problema de esta tendencia es que se hace en un contexto de creciente retiro de las obligaciones del Estado en todas las materias sociales y en medio de una profunda crisis laboral social, lo que indica que la explotación de la clase trabajadora se agudiza más como se ve en la creciente reducción de los salarios.

Resumiendo podemos afirmar, que la creciente crisis hídrica de la ciudad es una crisis de gestión, un desequilibrio entre demanda, disponibilidad y oferta. Es también producto de una falta de mantenimiento de las maquinas y una falta en el abasto, distribución y desalojo del agua, del tal manera que la ciudad se ha quedado sin agua siendo uno de los factores mas importantes para la aparición de epidemias como de la influenza, pese a que el agua es un recurso renovable, la ciudad tiene 12 millones 500 mil kilómetros de agua disponibles anual por año y cada persona dispondrá o podrá usar 1700 kilómetros cúbicos de agua anual, de lo que se emplea solo el 50%. También existe una desigualdad en el acceso al líquido.

El desarrollo urbano en México, ha significado que las 10 principales metrópolis absorban el 45.8% del crecimiento urbano en 350 ciudades interiores en el 2000. Tenemos 10 ciudades con una población mayor a un millón de personas. Las ciudades industriales han crecido a un ritmo de arriba del 3.2%, las ciudades turísticas como Cancún –9%, Puerto Vallarta –10.2%, Cozumel –5.8%, las ciudades especializadas en manufacturas como saltillo-5.6%- Aguascalientes-6.6%, san Luis Potosí –3.5%, Culiacán –5.9%, Celaya –8.4%, Irapuato –8%, Mochis -9.7%, Ciudad Obregón ­–6.7%, las ciudades fronterizas Tijuana –5.7%, Ciudad Juárez –4%, Mexicali –6%, Nogales –4.3%, Piedras Negras –3.7%, otras ciudades con alto crecimiento son Puebla ­–4.1%, Querétaro –10.5%, Pachuca ­–6.6%,Tlaxcala –6.6%, San Juan del Rio –8%– y Toluca –3.4%.

El modelo neoliberal de urbanización concentró hasta el 2000, 97.5 millones de personas ­–65.7%– en 350 ciudades del país. Nueve metrópolis absorbieron el 45.8% del creciente urbano. Para la Ciudad de México el desmesurado crecimiento urbano y poblacional, ha llevado a una mayor contaminación ambiental y una superpoblación y también a una mayor desigualdad social. La política del gobierno ha sido crear zonas residenciales elegantes como Polanco, Tecamalchalco, Santa Fe entre otras, mientras la inmensa mayoría de la población vive en zonas marginales y con deficientes servicios sociales. La tendencia es que la Ciudad de México incorpore a las nueve metrópolis vecinas más pobladas en las próximas primeras tres décadas del siglo XXI. En esta sociedad mexicana crecen los grandes polos sociales contrapuestos, el de la burguesía y clase media alta en zonas residenciales de lujo y el archipiélago de zonas marginadas con millones de pobres y excluidos. La tendencia es a un déficit creciente en vivienda, servicios públicos e infraestructura, también al creciente grado de inseguridad, la delincuencia y la incapacidad de la economía para dotar de empleo a las mayorías, aunado a una falta de recursos de los gobiernos locales para invertir en plantas de tratamiento de agua, procesamiento adecuado de las basuras, control de los residuos tóxicos de fabricas y autos. Aunque el discurso oficial de la clase política nacional sea que está revirtiendo estos fenómenos, la realidad es que poco puede hacerse ante el proceso de urbanización capitalista de siglo XXI, a menos que se opte por una política territorial alternativa una crisis estructural de las ciudades ya es inminente, el capitalismo requiere de estos desarrollos geográficos desiguales, son parte de la gran máquina global que subordina a la humanidad, al campo y a la naturaleza, a los procesos de acumulación de ganancias.

Fuente: Delgado-Ramos, G. Carlo. Ordenamiento territorial, bioeconomia urbana y pobreza frente al cambio climático. UNAM.