El filósofo, historiador, sociólogo, militante de izquierda franco-brasileño Michael Löwy nos ha legado una obra muy basta sobre filosofía marxista, dialéctica y revolución, ensayos sobre sociología e historia, análisis sobre política latinoamericana, etc. En particular ha escrito sobre el Che Guevara y su experiencia en Cuba y Latinoamérica, de lo cual en seguida expondremos algunos planteamientos políticos, los cuales pueden sintetizarse así: el imperialismo y sus socios aliados, se han constituido en el principal enemigo de la revolución latinoamericana. Esta contradicción ha pasado a ser la dominante en la sociedad contemporánea, determina el proceso de transformación en la disposición de las fuerzas productivas sociales. Los sectores oprimidos por el imperialismo constituyen un frente único que incluye al proletariado, los campesinos pobres, la pequeña burguesía urbana -la burguesía y latifundistas que están en contradicción con el imperialismo y los capitalistas que son rivales a los monopolios norteamericanos. El proletariado y su dirigencia revolucionaria encabezan a la mayoría oprimida hacia la resolución de las tareas democráticas sociales que la burguesía nativa se ve incapacitada de llevarlas a cabo, como la reforma agraria, la nacionalización de los trusts extranjeros, una política exterior independiente y sobretodo la legalización de las fuerzas revolucionarias. El Che Guevara en Cuba llegó a la conclusión de que la burguesía en el fondo es aliada de los grandes hacendados, de una parte y sobre todo, del imperialismo norteamericano, su alianza o vinculo que es a la vez económico, social, político y militar, no siendo lo militar en modo alguno secundario. Es decir, plantea que puesto que no hay una burguesía revolucionaria, difícilmente podrá haber una revolución burguesa. Esto no significa que no haya lo que se llama las tareas democráticas a desarrollar, como la liberación nacional, la superación del subdesarrollo, el problema agrario, etc. Esto condujo finalmente a la revolución cubana a realizar las tareas democráticas combinadas con soluciones socialistas como la reforma agraria, la reforma urbana, las expropiaciones de los trusts extranjeros y la expropiación de la burguesía cubana. Para el Che la guerra revolucionaria en América Latina se ha hecho inevitable, él se plantea la problemática de la destrucción del aparato militar-policiaco del estado burgués, se pronuncia en contra de la toma pacífica del poder político, piensa que una victoria por medio de las elecciones está vedada por el inminente golpe militar de derechas, cuando el ejercito resulta en último término como el fiador del régimen capitalista. El che concibe la guerra como una continuación de la política revolucionaria por las armas. A su vez, muestra que los países de América Latina son países de predominancia agraria, que la mayoría de la población es campesina, por lo que la revolución comienza por ser una revolución agraria, una revolución que fluye del campo a la ciudad.
Para Löwy este último argumento es discutible, porque varios países de América Latina están urbanizados, a tal punto, que la mayoría de la población es urbana, en segundo lugar, el hecho de que un país tenga predominio agrario no implica que la revolución no sea en los comienzos una revolución urbana. Por otra parte, hay lo que el Che llama las condiciones subjetivas, la conciencia de la necesidad de un cambio revolucionario y la conciencia de la posibilidad de un cambio revolucionario. Plantea la necesidad de que la guerrilla sea un factor que pueda contribuir a crear las condiciones subjetivas de la revolución. Es decir, las fuerzas revolucionarias deben desempeñar una función catalizadora estableciendo lazos con el pueblo, con las masas campesinas en primer lugar. También él plantea que la guerrilla es una acción político-militar y no exclusivamente militar, es decir, que las acciones armadas deben ir acompañadas de todo un trabajo de agitación, de propaganda, a través de los hechos adoptar medidas revolucionarias, expropiar la tierra y dárselas a los campesinos en las regiones bajo su control. También plantea el papel de la clase obrera, de la huelga general. El Che dijo que la guerrilla no puede vencer sino llega a aliarse con el proletariado urbano y que es sobretodo importante en la última etapa de la guerra revolucionaria, cuando la guerrilla baja de las montañas a la llanura, en las regiones en que se encuentran las ciudades, las regiones urbanizadas. La huelga general insurreccional es un factor primordial de la guerra revolucionaria, ésta es un fenómeno de masas y que no puede ser iniciada desde la cima de una manera artificial, por lo que es preciso que los mismos trabajadores, en ejercicio de su iniciativa revolucionaria, decidan cuando y como declarar la huelga general y dar una organización adecuada a sus propósitos. Todos estos movimientos deben ser dirigidos por el partido revolucionario, insistiendo en que dicho partido no lo es en virtud de una denominación concedida como un titulo universitario, sino algo que deviene de la practica revolucionaria misma. El Che había comprendido que la guerrilla no solo es contra el enemigo inmediato, es decir, el estado burgués oligárquico militar de América Latina, sino también contra el enemigo principal, los EUA, el imperialismo, el ejercito norteamericano, es decir, el ejercito revolucionario debe vencer no solo al ejercito burgués local, sino que ha de estar dispuesto a llevar una guerra revolucionaria prolongada contra el ejercito norteamericano. En este sentido, considera la revolución en América Latina como formando parte de una estrategia mundial.
De esta manera se define quien es el sujeto histórico revolucionario, en donde el partido revolucionario encabezando los movimientos de la clase obrera, campesinado pobre, pequeña burguesía empobrecida, es decir, las multitudes opuestas a la dominancia y hegemonía del imperialismo, dirige un nuevo gobierno revolucionario, creando un nuevo Estado redistributivo con alta sustentabilidad y buscando siempre la liberación de los sectores oprimidos de la sociedad.
La manipulación de los procesos electorales y de los medios de comunicación en Latinoamérica, el diseño intencionado de la ingeniería electoral, el vaciamiento de los proyectos de cambio, la pobreza creciente, la corrupción de la elite política, la consecuente desvalorización de la actividad pública y la ineficacia del Estado que abandona al ciudadano a su suerte, son algunos argumentos que han precipitado esta crisis de representación. No es casual, en este sentido, la crisis de los partidos de derecha tradicionales, la opción militarista para resolver la situación de enfrentamientos con guerrillas, la crisis económica, los desplazamientos poblacionales por la guerra interna. En este contexto, mas de la mitad de la población vive en la pobreza y los partidos conservadores derechistas en el poder en países como México, Colombia y Perú, refuerzan la estrategia que mantienen a las fuerzas paramilitares como principal instrumento, lo que garantiza la continuidad de una vía militar y la exclusión de la vía política.
En la periferia Latinoamericana, las fuerzas revolucionarias tienen que luchar por rescatar la dimensión de las conquistas sociales arrancadas en centenas de años de lucha, buscando la consolidación de un Estado de bienestar que amplié las libertades democráticas y económicas en beneficio de las mayorías excluidas, buscando eliminar la enorme desigualdad social, eliminar la concentración de la riqueza en unas cuantas manos, eliminar la inequidad social y buscar una sociedad igualitaria con justicia.
Fuentes:
Löwy, Michael. Ni Calco Ni Copia: Che Guevara en busca de un nuevo socialismo.
Löwy, Michael. El humanismo revolucionario del Che. En http://www.archivochile.com.