viernes, 18 de febrero de 2011

LA URBANIZACIÓN PARA DAVID HARVEY.


Por Francisco Sagal.

Es importante dar a conocer los planteamientos de David Harvey sobre urbanismo, geografía y política, ingreso y justicia social, redistribución y ciudad, este es un primer acercamiento a sus ideas. Desde sus inicios las ciudades son iconos representativos de concentraciones urbanas, producto de un excedente en la riqueza social. La urbanización es producto histórico de la clase dominante que al extraer plusvalor lo tiene que reinvertir muchas veces en forma de valores colectivos como servicios públicos para la población, vivienda, educación, alimento, recreación, salud, trasporte, seguridad social, etc. Los excedentes son extraídos de la fuerza de trabajo, los capitalistas se apropian de éstos y necesitan reinvertirlos para reproducir su modo de producción específico.

La valorización del capital está gobernada por las condiciones productivas en que se encuentra la plusvalía y la situación de mercado en que se realiza. Las tasas de rentabilidad relativas entre sectores gobiernan los flujos de capital. Si la tasa de ganancia en un sector es más alta que en otros sectores, esto traerá capitales de las ramas con menores tasas hacia la rama en cuestión. Los precios competitivos entre los capitales llevan a que las fracciones más débiles desaparezcan y operen los procesos de concentración y centralización de capitales, que son característicos de todo desarrollo capitalista. A medida que se desarrollan y profundizan las relaciones capitalistas, la ley del valor rige más la economía. El capital hace cada vez más su entrada en regiones que anteriormente consideraba periféricas. Tendencias estructurales a largo plazo como la concentración de capital, la urbanización, la descomposición de economías campesinas y la proletarización se derivan de la ley del valor y su dialéctica.

La geografía es la ciencia que se encarga del estudio de la extensión en la superficie terrestre de los hechos físicos, biológicos, económicos, humanos, las causas que las originan y sus relaciones políticas mutuas. La biosfera está afectada por el brusco cambio climático global, es decir por el calentamiento de la tierra por el ozono, el metano, el bióxido de carbono etc., que el hombre en sociedad produce contaminando el medio ambiente desde hace más de 200 años y en forma reciente con las grandes concentraciones urbanas y el uso del motor de combustión interna.

Para el año 2025 con respecto al 2010, la población mundial -excepto CHINA- se habrá ampliado en más de 1100 millones, es decir, la población mundial aumentará en un 1% al año. De ello una vigésima parte corresponderá a los países desarrollados con alto ingreso per cápita y el 96% a los países subdesarrollados o periféricos. La emigración de los países subdesarrollados o periféricos se estima para el año 2010 en 216 millones de habitantes hacia los países altamente desarrollados o industrializados como EUA, Francia, Inglaterra, Alemania, etc. Los índices demográficos referidos a natalidad, mortalidad, morbilidad y fecundidad son más altos para los países subdesarrollados y más bajos para los países desarrollados. El alto crecimiento poblacional en los países desarrollados a partir de la revolución industrial originó, entre otros aspectos, la introducción de mejoras en la calidad de vida, servicios sanitarios y médicos. En los países industrializados el crecimiento se controló con mejores niveles de vida y educación, en cambio en los países subdesarrollados los bajos niveles de vida y educación trajeron un crecimiento acelerado de la emigración de la población.

Mientras los países desarrollados se industrializaron. Los países subdesarrollados han seguido siendo exportadores de materias primas como el petróleo, el gas, la electricidad y bienes agrícolas. En los países subdesarrollados se ha logrado reducir la mortalidad debido a las campañas de vacunación, aunque las mejoras son insuficientes dejando un nivel de vida bajo y de educación. La población no cuenta con servicios sociales suficientes y predominan las actividades no tecnificadas de bajo rendimiento, por lo que la población emigra a las ciudades.

El proceso urbano ha experimentado una transformación a gran escala. De hecho, el proceso urbano tiene la característica de que es global. Los booms inmobiliarios en EUA, Inglaterra, España y otros países han ayudado a propulsar la dinámica capitalista de producción del espacio. La urbanización de China durante los últimos treinta años ha tenido un carácter diferente, concentrándose en el desarrollo de su infraestructura. Su ritmo se intensificó hasta el punto de que China consume casi la mitad de la producción mundial de cemento desde el año 2000, más de cien ciudades chinas han rebasado el millón de habitantes y pequeños pueblos se han convertido en mega urbes de más de 6 millones de habitantes como Shezhen. Colosales proyectos de infraestructuras que incluyen presas y autopistas financiadas de nuevo mediante el endeudamiento. Las innovaciones financieras lanzadas durante la década de 1980 -titularizacion y señalización de las hipotecas locales para ser vendidas en todo el mundo y el establecimiento de nuevos vehículos para establecer obligaciones de deuda garantizadas-han desempeñado un papel fundamental, siendo sus principales beneficiarios la dispersión del riesgo y la posibilidad de crear nuevos fondos de ahorros de vivienda. Estas innovaciones financieras, también han reducido los tipos de interés globales, al tiempo que generan inmensas fortunas para intermediarios financieros que trabajan para esos magnates. Pero dispersar el riesgo no significa eliminarlo. Sin controles adecuados de evaluación del riesgo, esta ola de financiación se ha traducido ahora en la doble crisis de las hipotecas subprime y del valor de los activos inmobiliarios, que como vimos en las crisis de los años 2007-2008-2009 arrojo a la calle a millones de habitantes en los EUA, afectando principalmente a la población afroamericana y a las mujeres solteras con familias que cuidar.

Vivimos cada vez más en un mundo en que la “ética” neoliberal de un intenso individualismo posesivo y su correspondiente retirada de las formas de acción colectivas. Vivimos cada vez más en áreas urbanas divididas y proclives al conflicto. Durante las últimas cuatro décadas el giro neoliberal en el mundo ha restaurado el poder de clase en manos de las elites ricas, en México han aparecido más de 14 mil multimillonarios encabezados por Carlos Slim, quien es considerado el hombre más rico del planeta, al mismo tiempo que las rentas de los pobres se han estancado y disminuido, así como también se ha ampliado la edad de jubilación y los fondos de pensiones se han privatizado, de tal manera, que han sufrido pérdidas y robos escandalosos por parte de los bancos de origen extranjero, se pretende una reforma laboral derechista que atenta contra el artículo 123 constitucional en que posibilita a los empleadores a flexibilizar la jornada laboral –algo que ya ocurre en los hechos- al manejarla por horas, cuando por Constitución se debe manejar semanal.

En la ciudad de México las concentraciones urbanas están respondiendo al modo de producción capitalista, las políticas de los gobiernos neoliberales han tratado de resolver problemas urbanos a un plazo de diez años, los segundos pisos, los nuevos desarrollos inmobiliarios, las nuevas ciudades de la clase burguesa y de clase media elegantes y con alta seguridad, la remodelación del centro y de las principales avenidas, los nuevos viaductos, la ampliación del aeropuerto federal, son obras de relumbros que solo busca reinvertir la plusvalía para crear un turismo y una modernización urbana más acorde a los intereses de los capitalistas, también la nueva tarifa de impuestos prediales y su modernización siguiendo patrones internacionales, le ha permitido a la burguesía reconfigurar la ciudad para atender sus necesidades de acumulación. Las mayorías suburbanas sufren de servicios sociales deficientes, aglomeraciones, falta de servicios de transporte y cada vez más largas jornada para cruzar la ciudad y llegar al trabajo. La crisis de la ciudad capitalista cada vez muestra con mayor intensidad los límites materiales de la acumulación de capital con base en la urbanización salvaje, los que pagarán –y ya lo hacen- el precio serán los de abajo. Detener la urbanización, de acuerdo con Harvey, es imposible, pero transitar de un patrón urbanizador capitalista a uno poscapitalista es una utopía que aún puede ser realizada si comenzamos a tiempo.

Fuentes:

Delgado-Ramos, G. Carlo. Ordenamiento territorial, bioeconomia urbana y pobreza frente al cambio climático. UNAM.

Harvey, David (1979) "Urbanismo y Desigualdad Social". Edit. Siglo XXI.

Harvey, David (2007) "Las grietas de la ciudad capitalista: entrevista a David Harvey". http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=40306505

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