Por Francisco Sagal
La revolución industrial introdujo altos niveles de vida en los países centrales como EUA, Gran Bretaña y Japón, mejoraron los servicios sanitarios y médicos, todo esto dinamitó un acelerado crecimiento poblacional en estos países. Así, mientras en el centro desarrollado hubo un control demográfico, en los países subdesarrollados se experimentaba un crecimiento acelerado descontrolado de la población. Este gran crecimiento poblacional en la periferia trajo como consecuencia la insuficiencia de los niveles de empleo, vivienda, educación, medicina, etc., y con esto se abría el camino para el surgimiento de la migración internacional propiamente moderna.
El modelo capitalista internacional potenció la intervención imperialista en el mundo, lo que ha originado tensión política y guerras, desplazamientos de la población, provocando en los últimos 70 años importantes movimientos migratorios de población en la esfera internacional. También en los últimos 35 años, los países desarrollados diseñaron políticas de inmigración como en el caso de los EUA, Canadá, Australia, Nueva Zelanda. Después de la segunda guerra mundial, Alemania se quedó sin fuerza productiva adulta, su desarrollo se baso en la población femenina y turca.
En los países desarrollados se encuentran las mas grandes áreas de producción agropecuaria, de explotación forestal y pesquera, también hay un excesivo crecimiento en el sector de la minería e industria y tiene las principales zonas de concentración en el mundo, monopolizando los minerales y los bienes no renovables. Los países subdesarrollados son semicoloniales, dependientes de los grandes centros capitalistas y sufren la exfoliación excesiva, la sobreexplotación y el saqueo de los recursos materiales y económicos y de la fuerza de trabajo.
Por lo anterior, se ha acrecentado la diferencia del ingreso per cápita anual entre el polo industrializado y el polo subdesarrollado, provocando una alta concentración de la riqueza mundial, una enorme miseria económica y hambre, y servicios públicos deficientes. El imperialismo ha traído el dominio de las empresas multinacionales y trasnacionales, la sujeción de los Estados a los intereses capitalistas y la creación de bloques de influencia económica.
A partir del término de la Segunda Guerra Mundial, EUA salió beneficiado convirtiéndose en el más grande país industrial, comercial y financiero, desplazando a gran Bretaña principalmente. El derrumbe de la ex Unión Soviética, del muro de Berlín y el auge del llamado neoliberalismo capitalista, impuso nuevas cadenas de sujeción a los países subdesarrollados a través de organismos como el FMI, BM, BID creando la pérdida de soberanía de los Estados-nación, sometiéndolos a los lineamientos de la acumulación de capital a nivel mundial.
La movilidad humana hace que las economías sean más eficientes y más dinámicas. Por ello, vamos a tratar el asunto del nexo entre migración, desarrollo y empleo. Después de 35 años de neoliberalismo capitalista en la región latinoamericana los resultados son crisis, estancamiento, extranjerización y pobreza de la población en general. Para el año de 1960 había 75.4 millones de personas migrantes en el mundo, para el año 2010 esta cifra se situó en 213.9 millones de migrantes, de ellos la mitad son mujeres. En el año 2009, en España había un millón 821 mil latinoamericanos, principalmente de Ecuador, Argentina y Venezuela. América Latina hasta el 2007 encabezó el ranking mundial de regiones receptoras de remesas, ya que entre 1981 y 1990 recibió un promedio de 3 300 millones de dólares anuales. De 200 millones de migrantes a nivel mundial, 26 millones de migrantes son de América Latina y el Caribe, y de estos 22 millones están en los países desarrollados. En el año 2007, los emigrantes latinoamericanos enviaron 59 900 millones de dólares de remesas familiares, para el año 2008 enviaron 69 200 millones de dólares, que representó la mitad de las inversiones extranjeras directas -IED- y 10 veces mas del concepto de ayuda exterior a la región. En México en el 2008, los migrantes enviaron 26 mil millones de dólares, para el 2009 enviaron 22 mil millones de dólares colocándose a nivel mundial como el tercer país con mas remesas, después de China e India. Para el año 2008 los porcentajes de aportaciones de remesas de América Latina venían en un 80% de los EUA, 40% de los países en desarrollo, 44% del este asiático, 31% del África subsahariana, 16% de Europa y 15% del África del norte y Medio Oriente, así como 28% del sureste asiático.
Se observa que el valor de la fuerza de trabajo aumenta en 5 veces más al cruzar la frontera de México y EUA. En Estados Unidos hay también una estabilización de la población inmigrante desde finales del 2007-crisis económica-, en particular del flujo de indocumentados, que venia detectándose desde el año 2006. Hubo una caída de casi un millón de emigrantes que comenzó a registrase desde mediados del 2008. INEGI indicó que la tasa de emigración cayó del 2006 al 2009, colocándose en 5 de cada 1000 habitantes en el 2009, en contraste con 8 de cada mil en el 2006. Para Centroamérica las remesas representan desde el 8% hasta el 29% de su PIB. Para el BM y el BID a partir del tercer trimestre 2008 las remesas bajaron, pero no se observó un fenómeno de desplome. Para el año 2009 se restablecieron ligeramente las remesas. Para Latinoamérica la tasa de crecimiento fue del 2.1%, la más baja entre las regiones del mundo. Las remesas latinoamericanas cayeron en un 17% para México, Colombia un 12.5%, Jamaica 12%, Honduras 12%, El Salvador 9%, etc.
Recapitulando diremos, que desde inicios de los años setentas, una de las principales barreras para la acumulación de capital estaban representadas por la cuestión laboral. EL gran desafio para las inmensas corporaciones capitalistas consistía en abaratar y doblegar la fuerza de trabajo. La respuesta estratégica se encausó en el desplazamiento de capitales hacia regiones periféricas con abundante mano de obra barata, el impulso del cambio tecnológico sobretodo aquel asociado con la configuración de cadenas globales de producción y la atracción de inmigración a los países centrales para aprovechar la sobrepoblación mundial como fuente de trabajo barata. En los últimos 40 años, los países centrales han desplegado una compleja estrategia de restructuración capitalista mundial, que atiende a los intereses de los grandes capitales trasnacionales. La estrategia es la internacionalización de la producción, las finanzas y el comercio bajo la batuta de las corporaciones. La aplicación de políticas neoliberales de ajuste estructural con el propósito de reinsertar la periferia bajo pautas asimétricas y subordinadas en la nueva acumulación capitalista mundial, la inducción de procesos de innovación tecnológica-científica en proyectos de corto plazo según lo requiere la internacionalización de capital y expansión de capital financiero, provocando los procesos de concentración y centralización de capital, distorsionando el funcionamiento del sistema capitalista. Estos procesos están apuntalados por la militarización de las relaciones internacionales y la mercantilización de los recursos naturales.
El neoliberalismo capitalista ha definido los contornos de la nueva división internacional del trabajo en la reinserción de los países de la periferia al sistema capitalista mundial, en calidad de apéndices de las cadenas globales de producción, comercio y finanzas, la exportación de fuerza de trabajo barata y una nueva modalidad de la emigración, la emigración forzada, esto último se explica por procesos de expulsión de población redundante o precarizada emanada de los países periféricos para abaratar los recursos productivos. La demanda de fuerza de trabajo calificada o poco calificada por el capital de los países centrales actúa como motor de los flujos migratorios.
El TLC se caracterizó por el desmontar la economía mexicana, el desmantelamiento del proceso de industrialización basado en la sustitución de importaciones y volcó la economía hacia la producción para la exportación dirigida a los EUA. Los componentes principales de esta estrategia son las exportaciones de la industria maquiladora, que representó el 90% de las exportaciones manufactureras -insumos importados en un 90%- y la exportación de fuerza de trabajo barata. El empleo formal ha sufrido una contracción y precarización, ya que entre 1994-2008 el IMSS reportó un aumento anual de 489 000 empleos. Esta cifra representa el 30% del incremento de la población económica activa, lo que significa que el restante 70% tuvo que refugiarse en el sector informal o en la emigración.
La población nacida en México residente en EUA se incremento en 5.2 a 11.6 millones entre 1990 y 2008. El número de residentes se estima en 29.7 millones. De 2000-2008 emigró un promedio anual de 475 000 personas a EUA y alrededor del 50% era indocumentada. La emigración mexicana se ha extendido a toda la geografía de los EUA, al grado de convertir a los mexicanos en el primer grupo de inmigrantes en 31 de los 50 estados de ese país. Últimamente mas profesionistas están emigrando a los EUA, en el 2007 se calculaba en 14 mil 389 migrantes con grado de doctor, donde no ocupan un empleo en su disciplina sino en los servicio, a su vez que los inmigrantes mexicanos ocupan cada vez más porcentaje en la industria estadounidense. De acuerdo con especialistas la tasa del cambio tecnológico en Estados Unidos está decayendo, lo cual indica que un mayor número de trabajadores inmigrantes serán incorporados al sector industrial. La migración internacional de la fuerza de trabajo es uno de los mecanismos más eficaces para asegurar la explotación de plusvalor relativo, así como fenómeno que profundiza la dependencia de los países periféricos.
Fuentes:
Raúl Delgado Wise, Humberto Márquez Covarrubias, y Héctor rodríguez Ramírez. “Seis tesis para desmitificar el nexo entre migración y desarrollo.”
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ResponderEliminarLa migración a Australia