Por Francisco Sagal.
Los conocimientos sobre la minería prehispánica eran limitados, los indígenas no comprendían los aspectos químicos metalúrgicos sofisticados. Sin embargo, los pueblos prehispánicos usaban el chapopote, el oro y la plata, el cobre y otros, en sus arreglos y herramientas armas. La historia de la minería es muy antigua, el uso de la cal, el carbón, el petróleo, el yeso, el marmol etc., son básicos en la industria. Los descubrimientos de Chichen Itzá y Monte Alban en la mixteca de Guerrero y otras regiones, se dedujo que los indígenas conocieron y trabajaron el oro, la plata, el cobre, el plomo, el estaño y el mercurio. El hierro lo trabajaron en forma limitada, en combinaciones como la pirita, la hematita, marcasita, como se demostró por los espejos tallados que se utilizaron para exornar sus ídolos. La llegada de los conquistadores españoles a tierras prehispánicas, al observar los arreglos que usaban los indígenas, despertó la codicia en el oro y la plata, que los llevo a desarrollar, una guerra punitiva para descubrir las minas de tales metales. Los indígenas recogían el oro en forma de pepitas en las arenas de los ríos. La plata la extraían de las minas de Taxco, Zumpango, el cobre de Guerrero y la región zapoteca, el estaño de Taxco, el mercurio de las Chilapas, el plomo de Ixmiquilpan y el oro de los plácemes de Tehuantepec, Xolotla, Izmatlan, Minatitlán y Amaxtlan.
El arte de trabajar los metales se originó en el Perú y Colombia. Se introdujo a México hacia el año 1100 y se propagó a otras regiones. Con los metales además de adornos, los indígenas fabricaban coas, para labrar la tierra, hachas, azadas, cinceles, punzones, anzuelos, sopletes pinzas, redecillas, agujas, alfileres, puntas de lanza, y de flecha, pipas, boquillas de cerbatanas, bastones, mascaras, escudos, diademas, cascabeles, aretes, orejeras, cuentas, prendedores, pectorales, narigueras, anillos, bezotes, pulseras, objetos de madera, hueso, concha, jade, arcilla cocida con laminas de oro, etc.
La extracción de la sal y su aprovechamiento, fue indispensable para los pueblos prehispánicos, en virtud de su dieta vegetal y mixta. También la sal era un instrumento de sujeción militar, a pueblos como Tlaxcala, los tenían impedidos del uso de la sal por pueblos como el azteca. Por lo que, tenían que recurrir a otros elementos como el tequesquite, que era una mezcla de carbonatos de calcio y de sodio. A mediados del siglo XVI fue mas el oro obtenido por los conquistadores que la plata, Hernán Cortes recogió en México 6970 marcos de oro, desde que desembarco en Ulúa hasta la toma de Tenochtitlán. En cambio, los hombres de Pizarro en el Perú recogieron 41 887 marcos de oro y 115 504 de plata, que era el tesoro de Atahualpa. El botín del Cuzco se valoró en 25 700 marcos de oro. Los saqueos de las Antillas, Paria, Santa Marta Darién y Florida fueron de 100 mil marcos de oro. Se puede decir que todo el oro atesorado por la corona española no llegaba a más de 200 mil marcos hasta mediados del siglo XVI. Loa españoles después se concentraron en la producción de la plata, en lingotes como en Pachuca, Taxco, Zacatecas, etc. Desde 1546 cuando Juan de Tolosa, Diego de Ibarra y Cristóbal de Oñate descubrieron una veta y fundaron la que después seria la muy noble y leal nuestra señora de Zacatecas, bautizada así por Felipe II en 1585. La plata de Zacatecas hartó la corona y sus arcas, y financió las guerras, burócratas, contrarreformas, inquisiciones y armadas invencibles, etc. Así los que llegaban desde Europa a participar en el gran juego del azar, que significaba la aventura minera en esas regiones, se enfrentaron con la escases de la mano de obra, que los indígenas convertidos por el cristianismo y obligados por el centro del virreinato, enfrentaban la taza de un quinto que la corona exigió para autorizar la extracción de los metales preciosos. En el siglo XVI dos desastres postraron la extracción, la epidemia de la influenza española acabó con dos millones de indígenas y la prohibición por parte de la corona de importar el azogue necesario para la producción. Cuando la corona española se vio en aprietos económicos durante el reinado borbónico, se redujo el precio del azogue y se le suministro de nueva cuenta a la Nueva España. Para España la principal renta provenía de los diezmos y derechos de la plata, que los animales e indios extraían de Zacatecas y otras regiones. Dos terceras partes de la producción total se exportaba como contrabando, las vetas fueron tan fértiles que para 1800 el 66% de la plata mundial provenía de la nueva España. La crisis económica propició que los grandes comerciantes de España invirtieran a final del siglo XVIII en las minas a falta de liquidez de la corona española. También tenían minas para extraer el oro, podemos afirmar, que la extracción de metales preciosos en América significó una enorme riqueza a la corona española, que su valor se podría equiparar a la capacidad productiva de su industria de aquella época. Recordemos que la corona solo invirtió en los viajes exploratorios y de conquista, lo que equivalía a una, dos o tres fiestas de sus cortes. Humboldt afirmaba que existían en nueva España, cerca de 3 000 minas, divididas en treinta y siete distritos y al frente de 37 diputaciones de minería. Nada mas en Zacatecas había mas de 3 000 bocas de minas y tiros y catas hasta el siglo XVIII. Las minas mas importantes eran la de Tepezala, y asientos de Ibarra en Aguascalientes, Inguaran en Michoacán, también Santa Clara y Huascana. En Guanajuato, el Gigante, San Felipe, el Roble y San Miguel el Grande. También el Cardenal, Zimapan, Sultepec y San Martin sombrerete. En San Luis Potosí, Guadalcazar, San Juan de la Chica, Rincón de Centeno, Durazno y Real de Pozos, Guanajuato, Hitzuco Guerrero, Ajuchitlan y Zapotes Michoacán, Tecatilan Colima, etc. La corona española para 1770, no podía modernizar la industria minera, pese a que les redituaba 200 mil pesos anuales y prácticamente para principios del siglo XIX estaba en quiebra. Las empresas mineras no pagaban al gobierno el diezmo, el 1 % y el derecho de amonedación y señorío, el cual ascendía a 3 2/5 erales. Se calculaba el impuesto sobre 200 mil marcos de plata equivalentes a 1.7 millones de pesos. En el periodo de 1821 a 1880, hubo un abandono de las minas por carencias de azogue, hierro y otros elementos indispensables. Al estar abandonadas las minas sufrieron inundaciones y derrumbes que impedían trabajarlas. En los primeros años de vida independiente, ocurrió la penetración de la inversion extranjera en la minería. Humboldt hizo un trabajo que llamo Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, que sirvió para ponderar a la minería mexicana despertando el interés de los inversionistas europeos. Las minas así rescatadas fueron las de Durango, Chihuahua, Sonora y Sinaloa obteniendo resultados positivos. Para el año 1870, había más de tres mil explotaciones activas, con más de cinco mil vetas de minerales -plata que sacaban más de 12 millones de quintales. Estos producían 100 millones de piedra. Las vetas mas ricas eran las de Guanajuato, Zacatecas, Real del Monte y de Catorce. Guanajuato era la veta mas importante aportando 1/5 parte de 26 millones de pesos. El oro se extraía de Baja California Sur, en Chihuahua, Zacatecas en Hidalgo, en Durango, Estado de México, Puebla y Oaxaca. Después de la reforma y de la intervención francesa, hubo estimulación a la industria minera, el periodo iniciado en 1873 dio privilegios a las empresas mineras, las inversiones de capital fueron a grande escala, el uso de nuevos modernos sistemas, la introducción de la energía eléctrica, estableciendo industrias conexas. El descenso de los costos industriales y el aumento de la población. El Porfiriato impulsó y tuvo como principal actividad la minería. La producción de oro aumento, también la producción de petróleo, los impuestos y derechos, los metales preciosos no perdieron sus cotizaciones, En el periodo 1910-25, descendió la producción de oro y de plata en un 30%, por efecto de la revolución, sin embargo aprobó la constitución del 17 entrando una nueva normativa con el articulo 27 donde se establece el principio que corresponde a la nación el dominio directo de todos los minerales y sustancias que constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta a los componentes de los terrenos. Semejante dominio es inalienable e imprescindible, aunque pueden hacerse concesiones por el gobierno federal, condicionadas a que ejecuten trabajos regulares y que se cumplan los requisitos previstos por las leyes mexicanas.
Desde 1913 hasta la actualidad han entrado diversas disipaciones, nuevos timbres a razón del 8% sobre el valor de aquellos cuando se exportan en forma de piedras, concentrados y cianuros, y del 7% cuando sean beneficiados en el país, en metales preciosos se grava hasta el 50% del impuesto, ingresaron dos tipos de concesiones como el descubrimiento de criaderos minerales y que tenia una duración de dos años hasta otra de explotación que tenia un termino de 30 años, plazo que podría ampliarse. De 1925 a 1960, la producción minera fue en descenso, pasando del 8.6% del PIB al 1.7%, hay una declinación de los metales preciosos. Mexico ha tenido fama de país minero, mas de las 2/3 partes de la producción fue al mercado norteamericano. Desde 1960 no se descubrió ninguna mina mi portante. Se sentaron las bases para la mexicanización de la industria minera. Durante los últimos 25 años de mexicanización minera no se ha recuperado la importancia que tenía antes. La participación que tenía en el PIB de 1960 paso del 1.4% al 1.3% en 1986. Sin embargo, para 1986 México ocupó el primer lugar en producción de plata, el segundo en celestita, flourita y bismuto, tercero en antimonio, cuarto lugar en plomo y zinc. México sigue deficitario en aluminio, caolín, roca fosfórica. México sigue abriendo minas para nuevos minerales que la industria exige como el uranio o el plutonio.
Fuentes: Enciclopedia de México y Revista Geomundo.
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